Íñigo Parra, presidente del Foro Empresa Humanismo y Tecnología de la Comunidad Valenciana: “la verdadera ventaja competitiva de una empresa es la gente que trabaja en ella”

Este ingeniero industrial y máster IESE, actual presidente de Stadler Rail Valencia, tiene una de las trayectorias más brillantes que se pueden encontrar en este momento en nuestro ámbito geográfico. Una trayectoria marcada por la constancia, por su capacidad para visualizar con serenidad proyectos de largo recorrido y por el éxito que ha cosechado al frente de la constructora de trenes ubicada en Albuixech: no solo ha logrado liderar el proyecto durante años, sino que ha sabido hacerlo sostenible y darle continuidad a lo largo del tiempo, mientras que la propiedad de la empresa iba cambiando de manos de la francesa Alstom a la alemana Vossloh y, más recientemente a la suiza Stadler.

Gracias a este currículum, la prensa económica habla de él como la persona que consiguió “seducir” a tres multinacionales de forma consecutiva. No es casual que se utilice ese verbo porque, detrás de unos gestos contenidos y de un hablar pausado, se esconde un hombre apasionado. Apasionado por su trabajo, por las innovaciones tecnológicas y por el mundo empresarial que, sin embargo, él trasciende con facilidad. Prueba de ello es que pronto olvida el discurso económico y del management más al uso para fijar su atención en otros asuntos que para él resultan trascendentales, como la realización personal de las personas trabajadoras, su capacidad de ambición y de sorpresa o la relación de todos los miembros de un equipo con los objetivos de la empresa.

Y es que, por muy amante de la tecnología que él sea, por muy seguro que esté de que las mejoras técnicas son clave para la mejora de la cadena de valor de una compañía, Parra es un directivo convencido de que la verdadera ventaja competitiva de una empresa es la gente que trabaja en ella. Y admite que, por muy manida que esté la frase, hoy es más verdad que nunca porque, la globalización y la intensificación de la competitividad, ha hecho que el talento y el conocimiento adquieran más valor. “El siglo XXI va a ser el que culmine con la conquista del corazón de las personas”, decía hace poco en una entrevista. Y confirma que “sin pasión y sin ganas es muy difícil mantener el éxito empresarial”.